Un día de verano, Matías estaba navegando en
un patín de agua en el lago verde con su
familia.
Mientras él jugaba a tirar por el tobogán el
troll de juguete que le había dejado su amigo Mateo, Jana su hermana miraba
como los peces comían las miguitas de pan que su mama Marcela tiraba al agua y
mientras su papa Javier daba fuerte a los pedales para ir “a toda velocidad”.
De repente un fuerte golpe hizo moverse el
patín de un lado al otro, saliendo despedido por el aire el troll de Mateo.
Matías grito.- “Papa, el troll de Mateo se ha
caído al agua”.
Aunque Javier estiró los brazos todo lo que
pudo no consiguió atraparlo. Matías lloraba porque su amigo se enfadaría cuando
supiera que había perdido el troll.
Cuando llego a tierra lo primero que hizo
Matías fue ir a ver a su amigo Mateo.
¡Lo siento Mateo he perdido tu troll!.-dijo
entre sollozos Matías.-¡Se ha hundido en el lago verde!.
Mateo le dio un abrazo y le dijo.-¡No pasa
nada, vamos a subirnos en mi Submarino Tiburón Amarillo e iremos a buscarlo!.
¿Dónde lo has perdido?.- dijo Mateo.
Cayo al agua cuando chocamos con una super
planta acuática en el centro del lago.- respondió Matías.
Mateo con entusiasmo le dijo a Matias.-¡Ya sé
donde está la super planta acuática del lago verde!, ¡Vamos a por una nueva
aventura!.
Los dos amigos se metieron en el Submarino
por la escotilla secreta y comenzaron a
sumergirse en el lago, pero en seguida se toparon con unos tiburones que con
las fauces abiertas fueron a por los dos amigos.
Mateo agarro el micrófono del Submarino
Tiburón AMARILLO y empezó a gruñir: ARRRRRRRRR. Los tiburones creyeron que era
uno de ellos, pero aún así todos se
miraron y exclamaron:
¿¿¿ AMARILLO ???, ¡Da igual, vamos a jugar!
Jugaron al “Pilla, Pilla” y en un momento de
confusión los dos amigos se escabulleron para proseguir su búsqueda.
Rumbo a la super planta acuática un gran
pulpo con pelos se abalanzo con sus grandes tentáculos sobre el morro del
Submarino Tiburón Amarillo, abrazándolo por completo e impidiendo al capitán
Mateo ver el camino.
Mateo le dijo a Matías.- ¡Coge los mandos del
submarino que voy a salir por la escotilla secreta con mi traje de submarinista
y le haré cosquillas a eses pulpo con pelos, en cuanto se suelte gira el timón
para escaparnos!
Mateo empezó a hacer cosquillas al pulpo con
pelos, que se hecho a reír sin cesar soltando el Submarino Tiburón Amarillo.
Matías giro el timón escapando con Mateo enganchado a una cuerda que llevaba
alrededor de su cintura.
¡GUAUUUUUUU, QUE DIVERTIDO!.- Gritaba Mateo.-
¡A TODA VELOCIDAD!
Pronto llegaron a la super planta acuática y
sorprendidos vieron como el troll estaba enganchado a un sedal.
¡Alguien esta pescando el troll!.- dijo
Matías.
¡Sube a la superficie que voy a comprobar con
el periscopio quienes son!.-respondió Mateo.
Comprobaron que eran unos piratas que desde
su barco velero estaban con sus cañas pescando el pequeño troll de juguete.
¡A LOS TORPEDOS, MATIAS!.- grito Mateo.
Apuntó y grito Mateo.- ¡FUEGO!
PSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS…………………………..PUUUMMMMMMMM
¡HUNDIDO, le hemos dado en el palo mayor!.- gritaban,
reían y saltaban los amigos.
Al emerger a la superficie con el submarino
comprobaron como los piratas hacían señales agitando los brazos porque no
sabían nadar, así que se acercaron hasta ellos y Mateo arrojo sus manguitos
hinchables hacía dos de los piratas, pero el capitán pirata seguía en el puente
de mando mientras su barco se hundía, gritando: ¡No se nadar!
Mateo se giro para llamar a Matías y le dijo:
¿Has traído tus manguitos?.
Matías asintió y se los arrojo al capitán
pirata que los agarro con tanta fuerza que uno de los manguitos le exploto en
la cara.
PUMMMMMMMMMMMM
¡Qué gracioso!.- dijo Mateo entre risas.- ¡Se
le han levantado los bigotes hasta la cabeza y se le ha hecho un nudo!. ¡Parece
una viejita!
Los dos amigos volvieron a tierra tras recuperar
el troll de juguete y fueron rápidamente a avisar a la policía, que fue a
detener a esos piratas con sus veloces lanchas motoras.Colorín, colorado, este cuento.
Se ha acabado.
Gracias por compartir estos cuentos, mi hijo mateo queda fascinado con estas historias.
ResponderEliminarUn abrazo!