Un día de verano, Matías estaba navegando en
un patín de agua en el lago verde con su
familia.
Mientras él jugaba a tirar por el tobogán el
troll de juguete que le había dejado su amigo Mateo, Jana su hermana miraba
como los peces comían las miguitas de pan que su mama Marcela tiraba al agua y
mientras su papa Javier daba fuerte a los pedales para ir “a toda velocidad”.
De repente un fuerte golpe hizo moverse el
patín de un lado al otro, saliendo despedido por el aire el troll de Mateo.
Matías grito.- “Papa, el troll de Mateo se ha
caído al agua”.
Aunque Javier estiró los brazos todo lo que
pudo no consiguió atraparlo. Matías lloraba porque su amigo se enfadaría cuando
supiera que había perdido el troll.
Cuando llego a tierra lo primero que hizo
Matías fue ir a ver a su amigo Mateo.
¡Lo siento Mateo he perdido tu troll!.-dijo
entre sollozos Matías.-¡Se ha hundido en el lago verde!.
Mateo le dio un abrazo y le dijo.-¡No pasa
nada, vamos a subirnos en mi Submarino Tiburón Amarillo e iremos a buscarlo!.