Nuevo día para realizar una nueva aventura.- pensó Mateo, así que invito a sus amigos Mario, Matias y Gonzalo a explorar el cielo azul, que estaba plagado de nubes de todo tipo.
En su avioneta se montaron los cuatro intrépidos exploradores, con Mateo al mando.
¡Vamos a por la primera gran nube!.- dijo Mateo.- ¡Es de algodón de azúcar y con el hambre que tenemos nos la comeremos entera!.
Los cuatro amigos empezaron a comer hasta hartarse.
¡Vamos a jugar para no quedarnos dormidos, pues hemos comido mucho algodón de azúcar!.- dijo Mario.
Así que Mateo grito.- ¡Agarraros, vamos a por esa nube de harina!.
Cuando llegaron a la nube comenzaron a tirarse la harina.
Mario se la tiraba a Matias, Matias se la tiraba a Gonzalo y Gonzalo a Mario.
¿Y a Mateo?
¡TODOS!
Acabaron blancos como si fueran fantasmas, por lo que decidieron que lo mejor sería lavarse un poquito, sino cuando llegaran a casa asustarían a sus papas y mamas.
Pero antes, se rieron asustándose unos a otros.
UUUUUUUHHHHHHHH!
Mateo cojio los mandos de la avioneta y voló rápido hasta una nube negra cercana.
Los cuatro se lavaron al pasar por debajo de la nube negra mientras caía el agua de lluvia.
Los cuatro amigos estaban agotados y Mateo entre bostezos les dijo a sus amigos.- ¡Estoy cansado voy a buscar una nube de algodón para que podamos secarnos al sol y dormir la siesta!
Y así lo hizo, en la primera nube de algodón aterrizo la avioneta y los cuatro pequeños durmieron su pequeña siesta, mientras el sol les dejaba sequitos.
Cuando se despertaron pusieron rumbo a sus casas, gritando bien fuerte:
¡NUBES, CLOUDS, NUBES, CLOUDS!
LO REPITIREMOS, BIEN.
Felicitaciones a esas dos blogeras María José y Berta, en su primer premio "Best Blog".
Su Blog: Mama dice y yo digo
¡¡Un millón de gracias!! :))) Nos ha encantado el cuento... y encima dedicado a nuestro blog ¡¡Realmente genial!!
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